martes, 7 de julio de 2009

¡@#%&$" Cosas!


¿Se han dado cuenta que las cosas muchas veces tienen vida? Sí, yo creo que muchos de los científicos están equivocados al decir que los objetos son cosas inertes, porque es bien comprobado (sino por muchos, por lo menos por mi) que los objetos pueden cobrar vida cuando así lo deseen.


Podrán pensar que estoy diciendo incoherencias, pero no es así. Sino ¿por qué quejarnos de las cosas?


Como cuando estas comiendo en donde sea, poco importa si es en tu casa, en la cafetería de la escuela o en una cena importante. El tenedor o la cuchara se cae al suelo y entonces las primeras palabras que salen de la boca es en contra del pedazo de plata/plástico inanimado:


-“$%&# tenedor que se cayó de la mesa”-.


¡Claro! El tenedor es camicace y estuvo esperando todo el tiempo la oportunidad perfecta para brincar de la mesa al vacio. No lo hizo cuando comenzaste a comer, ni en el último bocado, sino en la parte del platillo que más te guste, siempre es así y siempre lo será, por que el único deseo del tenedor es hacerte sufrir.


O cuando estacionas tu carro, apagas las luces, te quitas el cinturón de seguridad, subes los vidrios de las ventanas, tomas tus cosas, sales, cierras la puerta y en el preciso momento que estas fuera del automóvil con todo listo para partir, te percatas de que las llaves se quedaron adentro. Cabe remarcar SE QUEDARON, porque ¡no las dejaste!, ellas decidieron permanecer ahí. Ellas con su propiamente formularon ese deseo y lo hicieron realidad en contra de tu voluntad. Tal vez con el fin de arruinarte la noche, tal vez sólo por crearte una ulcera más grande, o tal vez porque las descaradas no te tomaron en cuenta primero.


Tampoco se puede olvidar tomar en cuenta las velocidades que pueden alcanzar algunos objetos, como las esquinas de las camas. Parecen tranquilas, grandes, pesadas, pero son criaturas al acecho en busca del momento perfecto para atacar. Es cuestión de que te quites los zapatos y camines por el cuanto, para que actives los instintos de los bordes de la cama, que van directamente a atacar al más débil de la manada, ¡EL DEDO CHIQUITO! Se mueven a una velocidad más alta que cualquiera que puedas concebir, ni super man, ni flash, ni si quiera Speedy Gonzales.


¿Qué mejor prueba que eso? Es real, los objetos son seres vivientes, como el refresco (soda, gaseosa) que se agita sólo y te mancha la ropa siempre que vistes de blanco. O cuando algo que necesitas con urgencia y acababas de ver se esconde de ti para que no lo encuentres. O cuando el jabón se te mete en los ojos. Todos sabemos que eso no es culpa de nadie más que de las cosas.


¡Así que no tiene nada de malo que les gritemos a cosas inanimadas!


¡@~#$%& Word que me borro una parte del texto!